sábado, 22 de agosto de 2009

Historia de un Taxi

Todavía una canción de amor

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No te fíes si te juro que es imposible
no dudes de mi duda y mi quizás
el amor es igual que un imperdible
perdido en la solapa del azar

La luna toma el sol de madrugada
nunca jamás quiere decir tal vez
la muerte es un amante despechada
que juega sucio y no sabe perder

Estoy tratando de decirte que
me desespero de esperarte
que no salgo a buscarte porque se
que corro el riesgo de encontrarte
que me sigo mordiendo noche y día
las uñas del rencor
que te sigo debiendo todavía
una canción de amor.

No corras si te llamo de repente
no te vayas si te grito piérdete
a menudo los labios más urgentes
no tienen prisa dos besos después.
Se aferra el corazón a lo perdido
los ojos que no ven miran mejor
cantar es disparar contra el olvido
vivir sin ti es dormir en la estación.




Joaquín Sabina -

Cuatro hombres dicen qué les gusta y qué rechazan de ellas

A penas lo leí me encanto, es re interesante saber que piensan cuatro personas tan distintas de un mismo tema: las mujeres.

Cuatro hombres. Café de por medio y un único tema de conversación: mujeres. Desmitificando aquello de que el fútbol y la política monopolizan las charlas masculinas, ellos confiesan que hablar del sexo opuesto es "un código que funciona muy rápido entre hombres de distintas clases y edades". En fin, que las piensan —y las hablan— más seguido de lo que se suponía.

El más joven del grupo es actor y fetiche de miles de adolescentes; el treintañero, un reconocido director de cine independiente; el intelectual del grupo, un psicoanalista autodefinido como "librepensador" y el último, un talentoso humorista y dibujante. Convocados por Clarín, Tom
ás Fonzi, Pablo Trapero, Juan Carlos Volnovich y Fernando Sendra retrataron con humor e inteligencia el espíritu femenino.

—¿Qué es lo que más admiran de las mujeres?

Sendra: Su perseverancia. La mujer tiene un espíritu de reparación, de salvar lo insalvable, y el hombre es más instantáneo, sale a pegar cuatro tiros y se acabó. Pero, cuando hay que sostener un reclamo, ahí están las Madres de Plaza de Mayo, las abuelas y las mujeres del campo.

Fonzi: Hay una cuestión de seguridad, de autosuficiencia que a mí me resulta muy atractivo, aunque después sea causal de divorcio. Una mujer con poder asusta un poco, pero también atrae dejarse llevar.

Trapero: A mí me encanta estar rodeado de mujeres. Me gusta su punto de vista acerca de las cosas.

Volnovich: Las mujeres son más audaces y más valientes. Tienen menos miedo de enfrentarse al poder y defienden lo suyo como leonas.

Si de elegir se trata, prefieren a las mujeres dominantes antes que a las dócile
s: las que no dicen a todo "sí, mi amor" ni esperan ser abastecidas por ellos, sino las que asumen un rol activo, expresan lo que sienten y trascienden el ámbito del hogar. Ellos las llaman "las malas", pero le quitan la connotación negativa y dicen que su atractivo está en la transgresión.

"A mí me cuesta pensar en parejas armónicas, tiene que haber diferencias", sugiere Trapero. Y el psicoanalista agrega: "Estar con una mujer independiente nos viene muy bien. Aunque sea difícil de tolerar es más interesante que estar con una tarada". Por su parte, Sendra critica a las mujeres que se resguardan detrás de los hombres y los empujan a asumir los atributos considerados masculinos, como ser el proveedor del hogar.

Distendida e informal, la charla transcurrió casi sin desacuerdos. Excepto por un contrapunto entre Sendra y Volnovich con respecto a la actitud de la mujer frente al matrimonio. Para el humorista, éste se sostiene fundamentalmente por la voluntad de ellas y es más funcional a su necesidad que a la de los hombres. En cambio, el psicoanalista considera que la mujer es generalmente la que tiene la iniciativa de divorciarse y que sobrelleva mejor la soledad: "Nosotros somos criados como discapacitados afectivos. No hay hombres grandes que estén solos. Siempre buscan una mujer que los cuide y los proteja".

Pero no sólo se escucharon halagos para el género femenino. Los entrevistados deslizaron también algunas críticas. Lo que más les molesta son los planteos y los cambios repentinos de humor. "No soporto la ciclotimia, hay ciertas cosas que desatan una tormenta en ellas", sentencia el cineasta.

—¿Una mujer que los haya marcado?

Volnovich: Detrás de mi mamá estaba Evita. Me crié leyendo "La razón de mi vida". La figura de ella fue siempre muy impactante para una generación de mujeres y hombres. Me conmueve su belleza, su fuerza.

Sendra: La primera mujer de la que me enamoré platonicamente fue Rita Pavone. Coincidió con la llegada de mi pubertad. Tenía las características de la feminidad accesible: poco busto, usaba pantalones con tiradores. Era una especie de transición del amigo hacia la mujer.

Trapero: Tengo muchos recuerdos de actrices de cuando era chico, de las películas argentinas de los 50. Desde Tita Merello hasta Mirtha Legrand.

Fonzi: Fuera de mi mamá y mi hermana no hay mujeres que me hayan marcado.

Con respecto a la liberación femenina que se intensificó en el siglo XX, dicen que, lejos de asustarlos, es una situación que los beneficia y les permite asumir funciones históricamente ligadas al rol de la mujer.

"Hoy ser macho es también cambiar los pañales. Eso te ayuda a relacionarte con el mundo exterior de otra manera", sostiene Trapero.

Para Sendra, la salida de la mujer al mundo laboral conlleva una gran ventaja: "Sería imposible que un hombre tuviera manifestaciones de afecto con sus hijos si la estructura siguiera siendo la que estaba planteada hace 50 años. Hoy podemos encontrarnos con otro tipo, darnos un beso y llorar en público sin quedar como maricones, tarados o débiles". Volnovich acota: "La posibilidad de los hombres de incorporar a su repertorio tradicional algunos rasgos de ternura, delicadeza, sensibilidad ha sido un gran avance".

En un intento por mirar el mundo desde una óptica femenina, los cuatro reconocen que les genera curiosidad la manera en que las mujeres se relacionan entre ellas. "El cuerpo de la mujer es un objeto deseado por el hombre pero fundamentalmente por la mujer", desliza Sendra. A Trapero lo intriga el contacto físico entre ellas: "Las mujeres van juntas al baño, se pintan, se tocan. Es raro ver eso en los hombres".

Para los cuatro, las mujeres se identifican con las más deseadas. Fonzi ejemplifica: "Yo les pregunto a mis amigas a veces: ¿Por qué estás con ese pibe? Y me responden: porque estuvo antes con tal otra".

En general, no hablan de las mujeres como referentes sino de éstas en tanto objetos de deseo. Por eso les resultó más fácil responder qué mujeres les gustan, que cuáles admiran.

A la hora de imaginarse a la mujer ideal, el abanico de gustos es bastante amplio.

Sendra: Me gustan las que no son perfectamente lindas, las que transmiten su belleza a través de su energía.

Trapero: Me atraen las mujeres que cantan. Pienso que eso les da un poder que va más allá de lo artístico.

Fonzi: A mí me seduce la mala, la que piensa que soy un gil. Es un desafío conquistarla.

Como si fuera una terapia de grupo, el psicoanalista señala la distancia entre la mujer idealizada y la real. "Con el tiempo, el amor le gana al deseo y es muy difícil amar a quien uno desea y desear a quien uno ama. En general tenemos una disociación porque deseamos por un lado y amamos por el otro".

Dominantes, autosuficientes, creativas, perseverantes, contenedoras, transgresoras, audaces. Así las definen mientras confiesan que no pueden vivir sin ellas. Si no, que lo diga Trapero, que adoptó una frase de Federico Fellini para ilustrar su relación con el sexo opuesto: "Nunca pude estar con una mujer hasta que ella no entendió que yo estaba enamorado de todas las mujeres. Y es así, uno nunca puede dejar de pensar en ellas".

viernes, 21 de agosto de 2009

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sólo vos podrías tener eso que me hace esperar este deseo largo de tu beso -

jueves, 20 de agosto de 2009

Decir NO -

No es no y hay una sola manera de decirlo.
No.
Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos.
No se dice de una sola manera.
Es corto, rápido, monocorde, sobrio, escueto.
No.
Se dice una sola vez, No.
Con la misma entonación, No.
Como un disco rayado No.
Un No que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín, no es No.
Un no que necesita explicaciones y justificaciones no es No.
No tiene la brevedad de un segundo.
Es un no, para el otro porque ya fue para uno mismo.
No es No, aquí y muy lejos de aquí.
No no deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas, ni puede dejar de ser No, aunque el otro y el mundo se pongan patas para arriba.
No es el último acto de dignidad.
No es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes.
No no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos devueltos; ni con pena y menos aún con satisfacción.
No es No, porque No.
Cuando el no es No, se mira a los ojos y el no se descuelga naturalmente de los labios.
La voz del No no es trémula ni vacilante, ni agresiva, no deja duda alguna.
Ese No no es una negación del pasado, es una corrección del futuro.
Y sólo quien sabe decir No puede decir sí.

A tí que te lo haces -

a ti que me enfermas,


a ti que eres mi envenenada medicina -

Im like a bird -

It's not that I wanna say goodbye
It's just that every time you try to tell me that you love me
Each and every single day I know
I'm going to have to eventually give you away
And though my love is rare
And though my love is true
Hey I'm just scared
That we may fall through


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No es que quiera decir adios, es que cada vez que intentas decirme que me quieres, cada uno de esos días yo sé que eventualmente me voy a alejar. Es que mi amor es raro, es que mi amor es verdadero .. Solo estoy asustada de que nosotros podamos fracasar ..

miércoles, 19 de agosto de 2009

Pensamiento # 23

A pesar de todo los cambios, todavía hay chicas a las que les gusta hacerlos esperar.

Aunque la paciencia de la mayoría de los hombres, ya no es la misma. En muy raros casos, saben esperar.

Cuando las mujeres hacen esto, es porque les cuesta MUCHISIMO encontrar a la otra mitad que las complementaría.

A veces dicen que no, porque se creen que esperando las cosas pueden tener un mejor resultado, cuando en la mayoría de los casos, nadie te espera, para NADA.

Suele pasar que cuando por fin se deciden, ese chico ya no esta ahí, y seguramente ya este con otra mujer. Y ahí es donde salta la famosa frase "Si el me hubiese querido, o le hubiese importado, nunca se hubiese ido con otra".

Pero todo es un 50% culpa de ellos y un 50% culpa de las "indecisas".

Yo creo que si el destino lo quiere, y las cosas se dan de esa manera, las personas terminan juntas. Y si no es así, es porque realmente no tenía que pasar.

Cada vez que se conoce a alguién, se toma un riesgo, nunca sabes si esa persona te va a lastimar a futuro, o si las cosas van a salir bien. La cuestión es arriesgar. El que no arriesga no gana, pero es irónico que cuando arriesgas podes perder muchas cosas también.